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¿Es o no conveniente que en un escenario electoral neguemos la horizontalidad y autonomía de Las Zonas?

Luego de leer “Reflexiones a un año de la derogatoria de la Ley Pulpín: Una crítica a los análisis hechos sobre el movimiento de las Zonas y perspectivas a futuro” del compañero y ex zonero Manu Benza, quisiera poder expresar lo que me deja su escrito:

Publicado: 2016-01-31


Primero, me resulta sorprendente y a la vez indignante la forma en que se presenta como vocero y como presenta a las personas que conforman el movimiento “las zonas”. Los presenta (y se evidencia al presentarse a sí mismo no como ex zonero, sino como ex vocero) de un forma vertical, me da la impresión de contar solo la historia de “grandes hombres/mujeres” que venidos e iluminados por su experiencia en partidos vinieron a dar la luz a las zonas. Nada más alejado de la realidad dada la complejidad de interrelaciones y contextos que se dieron en el proceso de construcción de este espacio. Más allá de eso; a pesar de que el compañero en aquel entonces sabía y expresaba muy bien cuál era la función de les voceres, la cual no era más que comunicar lo que se decidía en las asambleas y en el caso la zona 5 muchas veces se tendía a elegir a quien tenía tiempo para poder asistir a las interzonales (hasta el titulo fue algo que con el tiempo se llegó a eliminar en nuestro caso), ahora presenta a les voceres como individualidades con mayor jerarquía y con poder decisión. Es curioso como hoy, a puertas de las elecciones, pretende olvidar esas premisas básicas en la conformación y dinámica de las zonas (de las nuestra al menos), y cuestionar, desde la premisa del papel de los partidarios dentro de las zonas, la autonomía para decidir que se tuvo en aquel entonces y que se sigue intentando construir hoy en día.

Segundo, el tema de la coordinación de bloques y su influencia, es algo bastante cuestionable, recuerdo que hubo debates y críticas sobre dichas articulaciones y si bien la votación concluyó que se apoyaría la coordinación, dicha situación era solo para el trabajo basado en acuerdos que existen entre las partes y para temas técnicos (como la ruta, etc.), nunca fue algo que nos definió políticamente, recordemos la crítica por el abandono de la CGTP los enfrentamientos del #15E.

Tercero, el compañero confunde el tema de la dependencia con la cooperación entre actores, la cual permitió dar existencia a las zonas. En un principio muches miembros de las zonas se opusieron incluso a que personas con militancia integraran las mismas, sin embargo se admitieron las militancias externas sobre todo por un tema de diversidad y no exclusión. No obstante, nada de eso implica un rompimiento con las autonomías de decisión dentro de las zonas, pues las decisiones principales se tomaron siempre de manera asamblearia.

En este punto me parece interesante su señalamiento a la infiltración de la coordinadora 18 D y a la reiteración de una alusión heroica a los miembros del FA y su coordinación interna para “expulsarlos”, bueno… nada más alejado de la realidad, quien estuvo en ese momento podrá dar fe de que con el tiempo las practicas burocráticas, fueron identificadas, expectoradas o

simplemente las personas con tales prácticas abandonaban el espacio por reconocer que su práctica no era aceptada. (Con la excepción de varies otres agentes que aún siguen burocratizando el espacio).

Cuarto, es necesario realizar una diferencia conceptual de lo que es un liderazgo y las jefaturas, pues si no se presenta una seria confusión en cuanto al tema de las jerarquías y la horizontalidad. El liderazgo es una característica desarrollada por las personas que permite al individuo ejercer influencia sobre otros, este liderazgo puede provenir de distintas fuentes, dígase, prestigio, conocimiento, carisma, etcétera, dependiendo del grupo humano en que se interrelacione. ¿Es poder?, sí, lo es. Por otro lado, la jefatura es la institución de una jerarquía de mando, inamovible, incuestionable, que permite a una persona decidir sobre la vida de otras y tiene generalmente la potestad de coaccionar a quien no obedezca. Como vemos, la segunda es el ejercicio del poder-dominio típico de las organizaciones partidarias, del Estado, de los militares, entre otras, por lo cual sería poco útil profundizar en esta. Por otro lado, en el caso de los liderazgos, donde se ejercen ciertas formas de poder, es importante mencionar en qué contexto se desenvuelve aquel liderazgo, es decir, dependerá del contexto social y las prácticas de organización que este liderazgo no se transforme en una jefatura. Esto quiere decir que a una persona con características de líder en una empresa lo vuelven jefe, en un partido, secretario o presidente, estableciéndose o institucionalizándose una jerarquía. A diferencia de esto, en una organización horizontal, una persona con características de líder es una más que aporta desde las cualidades que tenga, igual que todes, y está demás decir que lo hace sin tomar provecho de sus cualidades para intereses individuales, de alguna agrupación extraña al espacio y sin adjudicarse la voz de todes en la suya. La organización horizontal busca disolver el poder y cualquier tipo de jerarquía a través de sus prácticas políticas. Es en ese sentido que se pretendieron desenvolver algunas de las zonas, cuestionando las jerarquías, la burocracia, generando prácticas de organización horizontales (con sus dificultades obviamente) y es aquí donde creo que así como hubo actores invisibles y todo, se olvida referir que además de los partidarios, también se encontraron personas cercanas al anarquismo que aportaron a la diversidad y al debate dentro de las zonas.

Quinto, en las conclusiones sobre el poder “representar una propuesta generacional de cambio en la cultura política de nuestro país”, se está haciendo, lenta, pero progresivamente, intentado deshacerse de las burocracias a cambio de un movimiento autónomo en el que cada individuo se halle representado en las acciones de su colectividad, todo esto a pesar de contar con compañeres partidaries que intentan distraer a la gente con agendas electorales de un sistema que no representa a nadie.

Finalmente, a la pregunta con que empieza este artículo, creo que sí, negar que otra posibilidad de organización y trabajo político no partidario ni electoral se está dando hace un año, aunque sea lentamente es conveniente para quien no quiere hacer más que lo mismo que han querido muches izquierdistas: llegar al poder a como dé lugar.


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